¿Qué tanto piensa usted en el dolor que pueden sentir sus animales?



A diferencia de los seres humanos, los animales no pueden transmitir las sensaciones de dolor por medio de la comunicación lingüística, pero esto no significa que no lo experimenten. Corresponde a nosotros descifrar si lo están sufriendo y qué tan intenso puede llegar a ser.

El médico veterinario Pablo Nejamkin escribió que es de amplio conocimiento que los mecanismos fisiológicos de transmisión del dolor son compartidos entre humanos y animales.

Según él, es un grave error considerar que las especies inferiores no sienten dolor, pues es una condición fundamental para el desarrollo y supervivencia de la especies. Los expertos han clasificado en 2 tipos: fisiológico y patológico.

 El primero también es llamado adaptativo porque es una respuesta normal al daño en el organismo, procurando la supervivencia. El patológico o maladaptivo es consecuencia del mal manejo del adaptativo, debido a una alteración del sistema nervioso central que afecta la salud del ser vivo.


“La mayor dificultad radica en la interpretación de la expresión dolorosa de los animales”, advirtió el experto, indicando que en algunas especies es más fácil que en otras, especialmente las que son consideradas presas.

En el caso de los caballos y las vacas, dado que poseen un componente conductual muy fuerte ligado a su condición de presa, exponer el dolor de manera abierta (con aullidos o postraciones) sería una señal de debilidad y de presa fácil en su antigua vida salvaje.

 Por este motivo, estas especies han escondido los signos de dolor como un mecanismo de evolución. Sin embargo, esto no impide que podamos inferir el sufrimiento ante los reflejos del dolor adaptativo, como un gemido ante un golpe con una cerca o algo similar.

Para la veterinaria uruguaya Nadia Crosignani, el dolor en medicina se puede definir por lo que expresa el paciente al doctor. En cambio, en veterinaria, corresponde al doctor determinar qué siente el paciente.

El dolor es un factor biológico activo, causa estrés, inmunosupresión, retarda la cicatrización de heridas, consume mucha más energía pues el cuerpo requiere más tiempo para reponerse de una cirugía si esta demora en cicatrizarse, además acelera procesos patológicos”, señaló.

En la misma intervención frente a varios productores, la especialista sostuvo que el reconocimiento del dolor es un deber ético y moral, pues si no se reconoce, no se puede tratar. Agregó que la mayor expresión es el comportamiento mismo del animal, por lo cual hay que leerlo.

 “El dolor es información, me defiende del medio ambiente. Sabemos que a los animales les duele, tienen las mismas vías anatómicas que nosotros, tienen cerebro para interpretarlo y además se acuerdan del dolor”, añadió. 

Finalmente, Nejamkin expresó que es fundamental el tratamiento para evitar el dolor maladaptativo y mejorar el bienestar animal, considerando siempre la consulta con el veterinario para la correcta medicación del animal, pues de lo contrario puede haber una baja en la productividad de leche o carne, hasta derivar en enfermedad, estrés o incluso la muerte.

Fuente: Contextoganadero.com 


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